Sunday, April 11, 2010

Un Diamante para Lady Spanker

En su elegante mansión, la exquisita Condesa Dominique sonríe con ternura. Irrestistible y sensual, enfundada en su ajustado vestido de cuero negro, aspira el humo de su larga boquilla mientras echa una mirada compaciente a su pequeño amane que, colocado a sus pies, empuja su cuerpecito desnudo contra los afilados tacos de la bella mujer,una y otra vez. haciendo todo posible para marcar su propia piel. Las incuestionables órdenes de la Condesa fueron claras: "Estoy muy cansada, tesoro, así que no tengo ganas de pisotearte... IMAGINO que sabes lo que tienes que hacer", explicó mientras se ajustaba sus largos guantes con fastidio.

Entonces una alarma suena. La divina Condesa echa una mirada al tablero y sabe lo que significa: una nueva misión para Lady Spanker. Sin mirar a su esclavo, que se deshace en lágrimas, entra en su salón secreto: Echa una mirada de admiración a su perfecta figura en el espejo que domina la sala, y se quita la estola de visón negro, el vestido, los guantes, las altísimas botas de cuero, y se coloca un vestido muy ajustado de cuero negro, botas altas de taco aguja, guantes de ópera por arriba del codo y, por fin, se envuelve en un lujoso tapado de visón negro. Un último retoque de lápiz de labios completa la transformación, y la insoportablemente sensual Condesa Dominique se ha convertido en su justiciero alter ego, ¡la insoportablemente sensual Lady Spanker! Al salir, un chasqueo de dedos y su amante enciende su nuevo cigarrillo, para luego correr a buscar el Spanker-móvil.