Friday, September 02, 2005

La Infinita Bondad de Lady Spanker


La nueva sirvienta de Lady Spanker no se atrevía a decirle que sus besos y caricias la ponían incómoda; tenía además la sensación de que sería imperdonablemente ingrato rechazar las atenciones de una mujer tan increíblemente sexy y distinguida, así que aceptaba sus diarias muestras de afecto (a pesar de que desde hace días ya habían superado lo que sus padres considerarían un trato decente...)

Ese día, sin embargo, estuvo a punto de reaccionar, ya que su ama comenzó a tratarla de un modo algo rudo y violento, tal vez llevada por el entusiasmo.Sus divinas manos enguantadas cubrieron su boca y su nariz, impidiéndole respirar cómodamente. Aunque esto la alarmó, no fue hasta escuchar las risillas inquietantes de su Reina que sintió verdadero terror...

Descubrió entonces que aunque intentara resisitirse con todas sus fuerzas era sólo una chiquilla indefensa en comparación con la altura y energías de la voluptuosa mujer. Entonces escuchó, dominada por el miedo, los susurros burlones de su Ama, que le explicaba que debido a su extraordinaria belleza, riqueza y posición social, estaba en condiciones de dejarla sin vida sin el menor temor a una represalia, o siquiera a una sanción moral... Por el contrario, su encantadora y dominante personalidad le permitiría obligar a cualquiera a aceptar como justas cada una de sus acciones, incluso el asesinato. Le explicó también que existìa toda una porción de la sociedad que ella mantenía hechizada con su belleza y que consideraba que era una verdadera heroína, a pesar de ser la mujer más cruel y malvada del mundo, y que se divertía abusando de este poder... Se deleitó especialmente con el dominio que ejercía sobre el hombre que narraba sus aventuras y a quien atormentaba a diario física y mentalmente, a pesar de lo cual la adoraba por sobre todas las cosas.

Cuyando la pobre sirvienta estaba apunto de perecer envuelta en lágrimas, Lady Dpanker la liberó riendo, diciéndole que bromeaba. La pobre muchacha se lanzó sobre sus botas de taco alto, lustrándolas con sus lágrimas y agradeciéndole por permitirle vivir y ser su esclava. Lady Spanker dejó que la niña se humillara duarnte algunos minutos y luego le ordenó que le alcanzara la fusta.

Lady Spanker pasó luego una tarde exquisita, escuchando los gritos de su sirvienta y contemplando sus nalgas cada vez más amoratadas, y sintiéndose satisfecha por su buen corazón...

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