Las Amigas de Lady Spanker
La increíblemente hermosa Lady Spanker no es inmune a los encantos de la compañía femenina, y por eso intenta rodearse de amigas a quienes brindar el tesoro de su afecto, que con su característica Divina Generosidad jamás retacea en ningún sentido, ni desde lo espiritual ni desde lo físico.
Pero, ¡ay! Tal vez debido a su extraordinaria belleza, o su natural superioridad social, física y moral, o quizá a su indomable espíritu de autoridad, sus amigas no tardan en caer de rodillas frente a ella y ofrecerse con pasión y total sometimiento a integrar su innumerable ejército de sirvientas. ¡Este cuadro se repite tantas veces que la exquisita Dominadora ya no sabe qué órdenes darles -lo que sólo sirve de aliciente a su sublime creatividad a la hora de imaginar nuevos y perversos caprichos- o dónde ubicarlas!
Con ojos húmedos, Lady Spanker se pregunta si será su maldición nunca contar con una compañera con la cual vivir una amistad de igual a igual; la respuesta llega sola, cuando una de sus ESTÚPIDAS SIRVIENTAS le habla con excesiva familiaridad, lo que desata su ira instantánea. Entonces, mientras la castiga con Justa Crueldad, Lady Spanker comprende con orgullo de Reina que ese es el orden natural de las cosas: Ella mandando, dominando y atormentando desde lo alto de sus interminables tacos altos...
...y el resto de la Humanidad sirviéndola humildemente, adorándola y aceptando sin chistar su Voluntad...
...sus juegos...
...su cólera...
...y la prisión de sus Divinas manos enguantadas.
Pero, ¡ay! Tal vez debido a su extraordinaria belleza, o su natural superioridad social, física y moral, o quizá a su indomable espíritu de autoridad, sus amigas no tardan en caer de rodillas frente a ella y ofrecerse con pasión y total sometimiento a integrar su innumerable ejército de sirvientas. ¡Este cuadro se repite tantas veces que la exquisita Dominadora ya no sabe qué órdenes darles -lo que sólo sirve de aliciente a su sublime creatividad a la hora de imaginar nuevos y perversos caprichos- o dónde ubicarlas!
Con ojos húmedos, Lady Spanker se pregunta si será su maldición nunca contar con una compañera con la cual vivir una amistad de igual a igual; la respuesta llega sola, cuando una de sus ESTÚPIDAS SIRVIENTAS le habla con excesiva familiaridad, lo que desata su ira instantánea. Entonces, mientras la castiga con Justa Crueldad, Lady Spanker comprende con orgullo de Reina que ese es el orden natural de las cosas: Ella mandando, dominando y atormentando desde lo alto de sus interminables tacos altos...
...y el resto de la Humanidad sirviéndola humildemente, adorándola y aceptando sin chistar su Voluntad...
...sus juegos... 
...su cólera... 
...y la prisión de sus Divinas manos enguantadas. 
posted by Lady Spanker at 6:48 AM
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